¿Qué considerar antes de comprar una obra de arte?
El arte contemporáneo es sin lugar a dudas una manifestación de la indeterminación, y su esencia se fundamenta en ello. No hay una definición clara para definir, ¿qué es una pieza artística? o ¿qué podría ser un artefacto, una artesanía o simplemente basura? Pero esto no condiciona la posibilidad de hacernos acreedores de una buena pieza de arte y para tal efecto voy a darte algunas bases que puedes considerar a la hora de adquirir una obra.
“Para tener una buena obra de arte no hay que ser de otro mundo”
¿Cuántas copias existen o cuántas se van a hacer?
Una obra de arte más que un elemento decorativo trae consigo un esfuerzo físico y mental por parte de un artista, es así como comprender cuantas de esas mismas piezas existen es muy importante, no solo porque eso condiciona el precio, sino además porque denota un carácter de exclusividad. De esta forma, no podemos comparar un cuadro comprado en un almacén de cadena donde lo importante es serializar la pieza, más allá de lo estético, no hay un planteamiento conceptual.
Trayectoria del artista y consolidación de los aspectos conceptuales
A pesar de los grandes círculos entre los cuales se mueve el arte y dentro de los cuales muchos artistas muy habilidosos y con buenos sustentos conceptuales no podrán hacer parte, no se puede demeritar como la participación activa de un artista en eventos reconocidos dentro de la sociedad sirven como base para inclinarse por una obra. Por este motivo tener un diálogo con el artista y saber cuál ha sido su participación en el medio, resulta ser un primer buen acercamiento. Saber que obras a expuesto y en qué lugares lo ha hecho puede ser un aval de su constancia y seriedad con su labor.
Afinidad con la técnica
El arte contemporáneo posibilita el uso de cualquier técnica, pero es importante comprender como lo que estamos comprando será nuestro, nos acompañara y lo más importante es que nos guste, más allá de lo que puedan opinar los demás. Un artista toma decisiones en todo momento: ¿Qué materiales emplear? ¿Qué soporte darle a su idea? ¿Qué temáticas profundizar? ¿Qué técnicas serán utilizadas? Y esto requiere de unas destrezas, por ese motivo podríamos decir que una buena obra de arte siempre logra cautivarnos. De este modo, nosotros podemos hacer lecturas sobre lo observado que nos motiven a realizar una compra.
Ahora bien, hay técnicas que son clásicas y que nunca dejaran de lucir bien: un dibujo a lápiz desarrollado con maestría, pintura al óleo sobre lienzo capaz de hacernos sentir inmersos, esculturas en mármol capaces de hacerse notar, etcétera. Sin embargo, los nuevos medios tienen igual importancia y de esta forma incluir instalaciones, videos, y hasta performance definitivamente pueden complementar y armonizar un hogar. Sin embargo, esto no es lo único que podemos incluir en nuestra sala; incluir en un portarretrato digital un video de un performance de María José Arjona es sin lugar a dudas un detalle de exclusividad sin igual.
Aspectos espaciales
Podemos ir en dos vías al momento de adquirir una obra de arte, en una primera instancia podríamos definir un espacio en nuestro hogar y buscar cual obra se adapta mejor, pensando en sí queremos que sea la obra la protagonista (idealmente) o si hay más elementos buscando que todos tengan la misma importancia. En un segundo escenario podríamos hacernos a la obra y adecuar el espacio según sus exigencias, ya sea en tamaño, equipamiento, iluminación o colores, buscando siempre que la pieza tenga el papel que debe tener.
No todo es estético
Las obras de arte en nuestro momento histórico motivan a la reflexión, y aunque no todo es así, comprender cuál es la intencionalidad del artista, que lo motiva o cuáles son sus ejes conceptuales, puede resultar de gran ayuda a la hora de comprender una pieza o hacernos a ella. De esta forma, no todo es estético. El artista puede vincular los elementos empleados para darle forma a la obra con su eje conceptual, su investigación o sus reflexiones, y en ese orden de ideas, posibilita otras lecturas, las cuales pueden ayudar a vincularnos más o tener un mejor entendimiento.
Afinidad con el artista
Lograr saber un poco más sobre el artista nunca sobra, entender cómo piensa, sus intenciones, su historia y su proyección, nos ayuda a no ver la obra como un simple objeto al cual se le dio un valor. Ahora bien, que el artista sea nuestro amigo siempre trae un valor agregado, no solo por apoyar su trabajo, sino también por poder conocer de primera mano las peripecias incluidas en el desarrollo de la obra. Al fin de cuentas, tendremos en nuestra propiedad una parte de esa persona.
